Varios acontecimientos que fui viviendo a lo largo de mi vida fueron las semillas que mi inconsciente sembró en mi consciencia, preparando el terreno para que hoy pueda escribir este blog. Fueron experiencias que, al mismo tiempo, me sorprendían y me iniciaban en un viaje de aprendizajes y misterios. Muchas de ellas carecían de sentido o de respuestas claras a mis interrogantes, pero justamente esas vivencias fueron las que me impulsaron a buscar, a explorar otros caminos —y también mi propio interior—, a soñar, meditar e iniciar una búsqueda que ha acompañado toda mi vida y que aún continúa.
Dicen que aprendemos mientras
estamos vivos, y comparto profundamente esa idea. Mientras estemos conectados a
nuestro cuerpo físico, respirante, viviente y amoroso, seguimos aprendiendo. En
mi caso ha sido, y continúa siendo, así. A mis 73 años sigo aprendiendo y
estudiando; hace muy poco comencé a comprender el para qué de ciertos hechos
vividos y hacia dónde me fueron llevando, como un tejido, una red que fue entrelazándose
a lo largo de mi vida: conmigo misma, con los otros y con todos los seres con
conciencia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario